Los suelos de terracota crean ambientes interiores rústicos y cálidos. Un tratamiento con aceites naturales mantiene la textura de la terracota. Cuando se saturan los poros de las baldosas, éstas quedan protegidas contra manchas y se facilita la limpieza.
La absorción de baldosas de terracota es muy variable en función de su proceso de fabricación. En terracota muy absorbente, se aplica primero una mano de imprimación con aceite LINUS 260; posteriorente, se emplea el aceite MELDOS para un acabado casi mate, o el aceite ARDVOS si se desea conseguir un resultado algo más satinado y que forme ligera capa superficial.
El acabado opcional con cera después del tratamiento con aceite se realiza con la cera ALISA 302; y en el caso de terracota manual preferiblemente con la cera líquida GLEIVO.
Para la limpieza diaria se emplea el limpiador neutro TRENA y periódicamente la emulsión autobrillante GLANOS que regenera el aspecto del acabado.